Dos mujeres en una céntrica plaza madrileña bajo luz primaveral, inmersas con naturalidad en un juego abstracto de letras y casillas de colores, cual precursoras de un scrabble que aún no existía. No parecen tan distintas a nuestros jugadores de hoy aunque haya transcurrido todo un siglo... De ahí que en el canto del tablero haya un guiño anacrónico a nuestra pasión, universal e intemporal.
Texto e imagen: María de Arcos
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