11 de septiembre de 2017

La Q de Nobel


Nobel y su teléfono... 

Nobel se dirigía a otra ciudad por cuestiones de trabajo, en la vía se detuvo a comprar unos seductores chicharrones -manjar de dioses y coadyuvantes del colesterol alto-, compró, conversó y siguió su camino. 

Ya llegando al destino y muchos, muchos kms. luego, buscó su teléfono (un iPhone 6) para avisar que estaba por llegar, incómoda y pertinazmente lo buscó sin lograr hallarlo, imaginó entonces que se le había caído en su corta parada de glotonería previa, sin pensarlo siquiera giró en U vía de regreso al sitio en cuestión.

Se paró y preguntó, nadie vió nada, había dos motorizados algunos metros más adelante y cuando se fueron, se acercó donde ellos estaban y allí, a simple vista halló su celular, con el que tenía apenas una semana, lleno de polvo y tierra pero a salvo. 

Suerte tuvo que el mismo en todo ese tiempo ni siquiera sonó.





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