En ocasión del Mundial de Scrabble de Cali y estando todos los jugadores venezolanos ya a punto para la inauguración, llegó Jhoanna al hotel directamente desde el aeropuerto, cambiando su blusa por la chemisse del equipo y acicalándose. Luego de la inauguración, se fué de allí junto al grupo con quienes arrendó un apartamento a escasas cuadras del "Gran Torre de Cali".
Durmió como piedra, al amanecer y buscar su morral para colocarse los tennis, se percató de que no lo tenía y haciendo memoria, que nunca lo bajó del transporte que tomó desde el aeropuerto al hotel ¡oh Dios, que desastre!, allí tenía cosas de valor, entre ellas su tablet, obsequios, zapatos nuevos, set de maquillaje, etc.
Azuzada por sus compañeros, averigüó y llamó al número del transporte en cuestión, con la esperanza de tener noticias positivas sobre su morral... efectivamente, el morral lo tenía el chófer de la unidad, quien se percató de el al momento de llegar a su casa y revisar el vehículo, honradamente lo guardó hasta tener noticias del dueño.
Jhoanna coordinó su búsqueda en la línea donde ejerce el transporte a las 9:00 am y acompañada solidariamente por Ivette, pudo recuperarlo... con todo su contenido intacto.
Luego de hacerle un obsequio al señor chófer y agradecerle infinitamente, regresó felizmente con su grupo de amigos.
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