22 de diciembre de 2013
Campeonas uruguayas
Selene Delgado es campeona nacional de scrabble en español, ostenta varios títulos y más de una vez integró el top ten mundial. Para ello trabaja duro. Todos los días de su vida dedica un par de horas únicamente a leer el diccionario e incorporar palabras nuevas a su rico vocabulario.
“No tengo idea qué quieren decir”, advierte.
El conocimiento de su existencia le basta para ganar.
El juego consiste en sacar siete letras de una bolsa y armar palabras sobre un tablero. Cuantas más se usen, más puntos. Parece sencillo pero en plena partida uno se da cuenta de que hay vocablos que nunca imaginó. Y esa es la clave.
Locos por el Scrabble es la consigna que nuclea a Selene y otras 27 personas, muchas de las cuales se reúnen los sábados de tarde en el club del Banco Hipotecario del Uruguay.
Absolutamente todos quienes juegan tienen en sus teléfonos celulares un programa instalado que les indica qué palabras son válidas para sumar puntos.
Andrea Pesce comenzó a jugar cuando era una niña. Lo hacía con su familia, sobre todo con su padre con quien, recuerda, libraba verdaderas batallas en la mesa del comedor. Tanto, que su madre solía intervenir como juez para evitar problemas.
Un día descubrió ReDeLetras, un sitio en Internet que habilita partidas de scrabble con quien esté conectado y se enganchó. “Me pasaba jugando y un día me invitaron a venir al club”.
Desde entonces, con Selene, Carolina García y Mónica Roux participan de torneos nacionales e internacionales.Y no se pierden ningún mundial. “No es mucha la gente que en Uruguay juega scrabble de modo competitivo”, afirma Andrea. Pero por alguna razón que se aplica también a otras disciplinas, el magro equipo celeste logra grandes resultados en las competencias.
“Nos bautizaron las chicas superpoderosas porque jugamos contra equipos mucho más grandes que nosotras y siempre salimos segundas, terceras; siempre estamos en el podio”. El scrabble, dicen, es una forma de estar conectados con otras personas, compartir intereses, viajar una vez al año. Allí radica una de sus motivaciones para jugar, en muchos casos de manera obsesiva y durante varias horas al día. ¿La otra? Hacer ruido. “Desde que participamos de la Copa de las Naciones tenemos otro objetivo que es molestar porque nadie daba ni dos mangos por tres mujeres solas de Uruguay y ahora estamos al mismo nivel de los mejores.
Nadie se lo explica”. Y ellas tampoco. Pero vaya si lo disfrutan.
Tomado de: Paula.com
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