3 de marzo de 2010

Recemos por Chile

Esto llegó a mis manos, y a pesar de ser algo muy personal, quiero compartirlo con ustedes, con quienes siempre cuento en las buenas y en las malas:

"Queridísimas Hermanas Galindo:

Hace unos meses nos sorprendíamos y sufríamos por la tragedia de Haití, el dolor de ese pueblo se hacia más patente, pues hace varios años tropas Chilenas trabajan en las fuerzas de paz, sin ir más lejos la esposa del comandante en jefe de las fuerzas murió en el terremoto, mientras visitaba a su marido, que no había visto en seis meses.

A pesar de su tragedia y que el cuerpo de su esposa se recuperó en 10 días, él continúo en su puesto dirigiendo a todo el contingente.

Así solíamos ser en general los chilenos, con un alto sentido del deber y solidarios.

Sin embargo hoy desconozco a mi país...mientras bomberos arriesgan sus vidas para rescatar a 48 personas que permanecen atrapadas en un edificio que colapsó, a pocos metros de esta imagen, delincuentes saquean supermercados, llevándose televisores, lavadoras y licores, destruyendo la comida....Otros inescrupulosos, aprovechando que la ciudad de Concepción están sin servicios básicos, asalta casas de aquellos que han logrado salvar algunas cosas.

No puedo dejar de preguntarme ¿Qué pasa con el alma de mi pueblo?, ¿Es que el éxito económico de estos años a borrado de un plumazo la decencia y la dignidad?...

Quiero pensar que esto es una pesadilla y como todo mal sueño ya pasará.

A estas alturas ya no se que es peor, si el terremoto mismo o las consecuencias de este.

Hoy por la mañana salí a comprar un remedio para Javiera, pensaba ir caminando, pues tenía poco combustible en mi auto, lamentablemente tuve que ir en auto pues, a dos cuadras de mi casa no hay luz por tanto las tiendas están cerradas. Mi barrio aparentemente sigue siendo el mismo, no se ven daños, pero la realidad es que no hay energía en gran parte de la ciudad, no hay servicios bancarios, los cajeros automáticos no funcionan, los supermercados están casi vacíos de mercadería y sin posibilidad de traer productos, pues las carreteras de acceso a Santiago están destruidas, las farmacias y los pocos comercios que están funcionando sólo reciben efectivo, cargar combustible es casi imposible las colas son de 100 autos y sólo venden 10 litros por auto.

El viernes estábamos felices, llegando de vacaciones y de recorrer nuestro país y sentirnos orgullosos de lo moderno y bello que estaba, hoy sin embargo no sabemos por donde empezar a levantarnos... la desesperación ha invadido el alma de Chile, quizás el problema es que a veces el éxito económico aleja al hombre de Dios.

Es curiosa la fragilidad de la vida...nunca podemos dar las cosas por sentadas. Me queda claro que hoy Chile más que recursos necesita oración... para que vuelva la cordura, la dignidad y la paz.

Es necesario capturar de nuevo esa alma que se ha perdido. Es por eso amigas les agradezco mucho sus deseos y esta oportunidad de desahogar un poquito este corazón apretado. Las invito a rezar por este país del fin del mundo que tanto lo necesita. "

Cariños
Alejandra

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